Medio Ambiente suelta en el Faro de Sardina una treintena de pardelas rescatadas

Medio Ambiente suelta en el Faro de Sardina una treintena de pardelas rescatadas

La Consejería de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento, a través del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria, liberó a una treintena de pollos de pardela cenicienta (Calonectris diomedea) en el Faro de Sardina, en Gáldar, después de que fueran rescatados y se comprobara su estado de salud. 

A la suelta acudieron el consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Raúl García Brink; el alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa Monzón; y el concejal de Medio Ambiente, Ulises Miranda Guerra, acompañados del responsable del Centro de Recuperación de Fauna, Pascual Calabuig, y miembros de la Asociación Amigos de las Pardelas.

Como cada año, entre finales del mes de octubre y principios de noviembre se produce un fenómeno de caída masiva de pardelas debido al encandilamiento por las luminarias nocturnas. En la isla de Gran Canaria es donde más accidentes se producen. En concreto, en el Puerto de Las Nieves en Agaete, debido a su proximidad a grandes colonias de cría y a la contaminación lumínica. Durante este periodo, desde el Cabildo insular se solicitó a Puertos Canarios el permiso para llevar a cabo acciones de recogida en la explanada del muelle.

El consejero explicó que desde el inicio de la campaña se han recogido unas 500 pardelas en la zona de Agaete. “Es destacable que con la atenuación de las luces del ferry y del Puerto se ha conseguido reducir en un 75% el número de pardelas accidentadas”. 

Además, el municipio de Gáldar también ha colaborado con el apagado de sus luminarias. Su alcalde agradeció a la Consejería de Medio Ambiente y a la ciudadanía la colaboración que ha hecho posible el rescate de las pardelas y su puesta en libertad. “Durante estos quince días algunas zonas del municipio han tenido que estar completamente a oscuras, pero gracias a eso se han salvado muchos pollos de pardela”, reconoció. 

Según los expertos, más de 2.000 pardelas se accidentan al salir de las huras (cuevas en los riscos). Esto pone en riesgo la supervivencia de la especie, pues al tocar tierra son incapaces de alzar el vuelo al tratarse de aves marinas.