Marián López Fernández Cao: “La relación Kahlo-Rivera hay que contemplarla desde una perspectiva poliédrica”
La catedrática de Educación Artística imparte el día 24 de abril, a las 19:00 horas, en la Casa Museo Antonio Padrón de Gáldar, una conferencia sobre la relación de Frida Kahlo y Diego Rivera, en el marco del ciclo ‘Genios… ¿y genias?
La Casa Museo Antonio Padrón, Centro de Arte Indigenista, acoge el día 24 de abril, a las 19:00 horas, la segunda de las conferencias previstas en el programa del ciclo ‘Genios… ¿y genias? titulada ‘Frida Kahlo y Diego Rivera’, que impartirá la gallega Marián López Fernández Cao, catedrática de Educación Artística y Arteterapia de la Universidad Complutense de Madrid. Fernández Cao, que ha publicado numerosos libros y artículos sobre arte e igualdad, arte y trauma y arteterapia, se encargó el pasado año de realizar la guía educativa de la exitosa exposición ‘Maestras’, exhibida en el Museo Thyssen de Madrid.
La también vicepresidenta del Consorcio Europeo en Educación en Arteterapia y presidenta de la Sociedad en Educación Artística y miembro de la Comisión de Cultura de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), se referirá en su intervención a la complicada y tormentosa relación que mantuvieron los dos creadores mexicanos Frida Kahlo y Diego Rivera.
En su disertación Fernández Cao abordará, desde la perspectiva sistémica de la creatividad, la obra de Frida Kahlo, haciendo hincapié en cómo las relaciones afectivas de las y los artistas, apoyan o dificultan el desarrollo creador. En este caso se analizará contexto, desarrollo de la personalidad, apoyos y dificultades de Frida Kahlo y su marido Diego Rivera en relación, en un ámbito artístico en desarrollo: el muralismo y el surrealismo. La historia de amor de Frida y Diego tuvo iguales dosis de tormento y pasión. Lo prueban sus dos matrimonios (1929-1939 y 1940-1954); en ambas ocasiones se dieron permiso para relaciones extramaritales.
¿Qué aspectos de la relación entre Frida Kahlo y Diego Rivera considera más influyentes en el desarrollo creativo para la pintora?
A diferencia de otras relaciones entre artistas en las que el hombre diluye y fagocita la fuerza creativa de su pareja, que se ocupa de la intendencia familiar además de las necesidades del creador, sea porque no tuvieron hijos, sea por el carácter de Rivera y el de Kahlo, ambos eran personas con un grado de libertad que no se plegaba ante nada ni nadie.
Ambos fueron personas comprometidas políticamente, con ideales claros, acogieron a republicanos exiliados y defendieron la cultura. Y se respetaron. Diego apoyó siempre la creación de su pareja y Frida apoyó también su desarrollo como muralista. Nos consta la correspondencia entre ambos, donde Frida consultaba aspectos técnicos de su creación y cómo Diego la apoyaba.
Desde su experiencia en arteterapia, ¿cómo interpreta el uso del dolor físico y emocional en la obra de Frida Kahlo?
Frida Kahlo es un modelo en el que arte y la vida están entrelazadas. Su obra, en muchos casos de carácter autobiográfico e introspectivo, señalan el dolor, el sufrimiento, pero también la resiliencia que late continuamente en su obra, la libertad de tomar modelos no hegemónicos o su necesidad de vivir, pero también de mirar la muerte con valentía.
Su obra rompe los clichés de la representación del cuerpo femenino, de la idea de maternidad, de la forma en que las mujeres se pueden ver a sí mismas y mostrarse. Muestra la enfermedad y el dolor, algo tabú en nuestra sociedad, de modo a veces descarnado y sincero. Su propio cuerpo se convierte en soporte artístico. Ese proyecto artístico, donde vida y arte, dolor, fuerza y enfermedad se entremezclan es uno de los aspectos que hace de la obra de Kahlo algo auténtico y especial.
¿De qué manera las relaciones afectivas, en concreto las de pareja o las familiares, pueden actuar como apoyo o como freno en la trayectoria de una artista?
Las relaciones afectivas son determinantes en la vida de una persona, sea esta hombre o mujer, sea esta científica o artista. El teórico de la creatividad Mihály Csíkszentmihályi acuña un término específico, los ‘cónyuges sostenedores’, aquellos que apoyan a su pareja, tanto material como emocionalmente. Personas que creen en su pareja, en su valía, les sostienen en el amplio término de la palabra. En el caso de las mujeres, los cónyuges sostenedores son mucho más escasos, porque los roles sociales se le han impuesto no sólo las labores de cuidado y mantenimiento cotidiano, sino de apoyo emocional, de ser espejos ampliados de sus parejas.
Es muy común encontrar a mujeres que se han ocupado de mecanografiar los textos de sus compañeros escritores o de cobrar sus creaciones o ser el contacto con las galerías, preservar la obra de sus parejas, llevar la intendencia del cuidado de los hijos, la casa familiar, la alimentación o la crianza. Mujeres que llevaban la doble carga, si es que eran capaces de no renunciar a su proyecto creador. Y es difícil, aunque los hay, encontrar a hombres que apoyaron la labor creativa de sus parejas. Entre ellos tenemos a Robert Delaunay, a Miajil Larionov, que apoyaron a sus parejas, Sonia Delaunay o Natalia Gontcharova respectivamente, pero no suele ser usual.
Ese apoyo, en los momentos de producción creadora, sobre todo en los inicios, cuando una es más insegura, son la diferencia entre continuar o abandonar.
Cuando el año pasado realicé la guía educativa de la exposición ‘Maestras’, del Thyssen, me encontré con una maravillosa ‘Carta a los artistas: especialmente a las mujeres artistas’, de la artista Anna Lea Merrit, nada menos que del año 1900, y que pronuncia con motivo del Women’s Art Congress, ‘El arte como profesión para las mujeres’. En ella se lamenta de que una artista no tenga una esposa:
“El principal obstáculo para el éxito de una mujer es que nunca pueda tener una esposa. Piense en lo que una esposa hace por un artista: arregla las medias, mantiene su casa, escribe sus cartas, realiza visitas para su provecho, aleja a los intrusos, es personalmente sugerente de bellas imágenes, siempre es un crítico alentador y parcial. Es sumamente difícil ser artista sin esta ayuda que ahorra tiempo. Un marido sería completamente inútil.”
Pero, más allá de la ironía que puede desprender, es completamente cierto que, tener un compañero o compañera que crea en ti y apoye tu proyecto vital no sólo es necesario, es imprescindible.
En este ciclo se plantea una mirada crítica hacia las relaciones sentimentales y creativas de mujeres artistas. ¿Qué revela esta mirada al analizar una pareja como Kahlo-Rivera?
El rol de creador encaja a la perfección con el rol asignado socialmente a los varones, donde el cuidado, el mantenimiento de la vida en todos sus términos parece no depender de ellos y donde ellos se desresponsabilizan.
En otra obra, ‘Rituales Creativos’ se analiza los rituales de muchos escritores, creadores, pensadores o científicos de ambos sexos. Ellos hablan de la vida y su mantenimiento como algo ajeno a ellos: las comidas aparecen en la mesa, los hijos saludan por la mañana y por la noche, las compras cotidianas están realizadas…, el arte es algo que transcurre fuera del espacio y el tiempo cotidiano.
Cuando esos rituales se aplican a las mujeres, muchas de ellas se levantan a las cinco de la mañana para escribir, cuando sus hijos todavía duermen. Ese desajuste entre los roles tradicionales y la profesión de ser artista o creadora no exige un cambio de rol si eres hombre, pero sin embargo sí lo exige si eres mujer o si eres hombre y quieres que tu pareja desarrolle su proyecto. Y ello va más allá de los compromisos políticos que se puedan tener. De ahí que lo personal sea también político.
El caso de Kahlo-Rivera no es usual. Es cierto que Kahlo, 21 años más joven, sin hijos, acompaña a Rivera a EE.UU, pero ella no deja de crear, expone de hecho y su creación es muy distinta de la de Rivera. Rivera la sostiene económicamente, pero es generoso y apoya y defiende su obra. Y Kahlo tenía una personalidad fuerte, transgresora e independiente que Rivera no solo respetó, sino que defendió.
¿En qué sentido el contexto político, cultural y artístico del México posrevolucionario impactó de forma diferente en las carreras de Frida y Diego?
Creo que hay muchos elementos que ambos comparten: su pertenencia al partido comunista, sus ideales emancipatorios, la reivindicación del indigenismo, la lucha contra el imperialismo, su apoyo incondicional a los refugiados provenientes de la guerra civil española y la Segunda Guerra Mundial…
Hay, sin embargo, elementos que les distinguen: Rivera se ha formado en la academia clásica europea, ha vivido las vanguardias, fue cubista y, aunque los temas de sus murales reivindican los orígenes no coloniales, su factura es europea y clásica, a diferencia de otros muralistas como Siqueiros, etc. Kahlo recupera el exvoto sobre metal, típico de México, otros modos de creación no europeos, y su obra, y ella misma, está impregnada del indigenismo que reivindica en cada obra.
¿Podríamos decir que Frida Kahlo superó a Diego Rivera en cuanto a proyección e influencia cultural? ¿A qué cree que se debe este cambio?
Creo que, a diferencia de muchas otras trayectorias, donde artistas mujeres con éxito son oscurecidas nada más morir, como es el caso de Sonia Delaunay y tantas otras, por la historia del arte y el canon occidental, el caso de Kahlo es justo el opuesto.
Ella es fuertemente reivindicada a los diez años de su muerte por un feminismo que pone de relieve los elementos que su obra implica: la importancia del cuerpo, la biografía, la fuerza transgresora, su androginia, los movimientos LGTBI, los movimientos anticoloniales. Y se y ve en ellos los verdaderos ideales emancipatorios de una generación. A partir de ese momento, su obra no cesa de crecer en valoración, hasta popularizarse con la llamada ‘fridomanía’
En su opinión, ¿cómo ha evolucionado el papel de las mujeres artistas en el sistema del arte desde los tiempos de Frida Kahlo hasta hoy?
Las mujeres artistas siempre han tenido un papel activo, y en muchos casos han cosechado una gran fama en vida. Otra cosa es que, como reza el título de una película, “nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto” porque existe un canon androcéntrico que elimina los modelos de creadoras, escritoras o científicas de los libros de historia, arte, ciencia y de los museos.
Gracias a la lucha del movimiento feminista hoy ese canon se está poniendo en entredicho y, precisamente por ello, nos sorprendemos al ver exposiciones donde se recupera la obra de grandísimas artistas como Hilma af Klint, pionera del arte abstracto, entre tantísimas otras que se suben de los almacenes de los museos.
¿Qué aportes específicos puede hacer la arteterapia al reconocimiento y valoración del arte creado por mujeres?
La arteterapia es un modo de acompañamiento terapéutico a través de las artes y pone de relieve la importancia del proceso creador como vía de introspección, análisis, organización y cambio de posición subjetiva. Toma el material de la creación como metáfora y simbolización, donde se juega nuestra mirada, cómo somos o hemos sido vistos y cómo queremos ver y ser mirados y al proyecto creador como paralelo al proyecto vital. Al ocurrir en un espacio seguro y acompañado por un profesional puede producir transformaciones vitales duraderas.
En este sentido, la arteterapia es valiosa para cualquier ser humano, hombre o mujer, que quiera desarrollar sus capacidades creadoras y trabajarlas desde un punto de vista introspectivo y acompañado por un profesional que le dé sostén. En el caso de Frida Kahlo, aunque no podamos hablar de arteterapia, sí podemos decir que su obra fue terapéutica, y nos dice cómo el arte, el mirarse a sí misma, el contarlo a los demás a través del arte, ayuda en la ordenación psíquica y en la integración de determinadas emociones y cogniciones. Y de hecho, ayuda a otras personas a reconocerse en sus obras, dignificando el dolor, la rabia o la impotencia como sentimientos humanos.
Como investigadora y activista, ¿qué le gustaría que el público se llevara tras esta conferencia?
Me gustaría que viera a Frida Kahlo desde una perspectiva poliédrica, y a la relación Kahlo-Rivera con todos los matices tanto de sus personalidades como de su contexto personal, político y social. Y a ser consciente de que, de la misma manera que los cánones borran a los colectivos que quieres minimizar, éstos también se pueden desmontar. Y es nuestra mirada, sutil, compleja, siempre abierta, la que debe buscar no modelos hegemónicos y tratar de conocer la diversidad de modos de ver el mundo.
Y que, además de Kahlo, hay muchísimas artistas que tienen que conocer y que, junto a ella, planeaban una mirada diversa de ver el mundo.
