Manuel Callau (director de la obra argentina “Camille La Maldita”): “Admiro las luchas que están llevando adelante hot las mujeres, y pienso que son ellas parte de la  vanguardia de la transformación de esta realidad machista y explotadora en la que estamos sumergidos”

“Camille La Maldita”, de la compañía argentina El Descubridor, se estrena en Canarias en el marco de la 36 edición del Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes. En esta obra, una magistral Zuleika Esnal se pone en la piel de Camille Claudel, genial escultora y amante secreta de Rodin, quien fue considerada loca por luchar por la igualdad y por acabar con la discriminación que impedía a las mujeres de la época realizar diverso tipo de pinturas, como pintar modelos humanos. Un tema, el de la discriminación a la mujer, que a pesar de los años sigue estando más presente que nunca en la sociedad. Las entradas para verla se pueden adquirir a través de tickentradas.com

– ¿Cómo nace “Camille La Maldita? ¿Con qué intención?

Siempre me inquietó la figura de Camille Claudel, desde que me enteré que estudiando con Rodin éste la utilizaba para que hiciera las manos y los pies de sus esculturas rápidamente trate de encontrar esculturas de Rodin y quedé impresionado con la vida y la fuerza que Camille le imprimía a sus trabajos, casi diría, tal vez porque estaba enterado de esta particularidad, que lo primero que miraba de las obras de Rodin eran sus pies y sus manos. Andan por ahí algunos malos poemas de mi juventud en los que hablo de las manos y los pies, no los de Camille, pero cuento esto porque eran partes del cuerpo humano que me inquietaban. Pero yendo a la pregunta, recuerdo una fría friísima tarde de invierno en el bar Británico en Buenos Aires donde me había citado mi compañero de travesuras artísticas Mario Sadras de la Cooperativa de Radio Gráfica, con la que siendo parte de la Cooperativa El Descubridor habíamos desarrollado un proyecto de colaboración mutua. Mario me presenta a Zuleika Eznal (actriz) y a Hugo Barcia (autor de Camille la Maldita) para que si me interesaba dirigiera un espectáculo en base a ese texto con Zuleika. No olvidaré que me hicieron sentar en una mesa que estaba afuera del bar, porque ellos fumaban, vicio que yo había abandonado desde hacía tiempo. Con el tiempo comprendí que lo que querían era que me decidiera rápido y así fue, no por el frío, sino porque me interesó la propuesta. Hice algunas observaciones al texto y me di cuenta que Hugo el autor estaba abierto a que trabajáramos juntos los tres, y que Zuleika se encendía con los rudimentos de caminos que en ese momento se me ocurrían.

Quiero destacar también que admiro las luchas que están llevando adelante HOY las mujeres, y pienso que son ellas parte de la  vanguardia de la transformación de esta realidad machista y explotadora en la que estamos sumergidos. Y es bienvenida la figura de Camille para reafirmar que vienen de un largo camino de luchas por sus reivindicaciones.

– ¿Qué ha sido lo más difícil del proceso de esta obra?

No soy un director que trabaja con una idea preconcebida de puesta ni de construcción de personajes, más bien me gusta ir descubriendo en el trabajo. En este caso, con la actriz lo que nos proponía el texto y como este se abría en la medida de la corporalidad, el juego, que Zuleika desplegaba en los ensayos y las devoluciones que le iba haciendo. Observar la cantidad para descubrir y apoyarnos en esa calidad que se materializaba en escena y así llegar a sorprendernos con ese hecho vivo y que eso sería lo que sorprendería luego al público. Establecimos como proceso, invitar al autor y algunos amigos cuando veíamos estallar delante de nosotros el hecho vivo, aquello único, esos fueron momentos gloriosos. Asistimos entonces al nacimiento de un teatro de revelación, con el deseo más profundo de que el espectador sintiera que eso que estaba ocurriendo delante, nunca había ocurrido antes y que luego no volvería a ocurrir.

– La obra escrita ha sido nominada a los Premios Trinidad Guevara 2022 en la categoría Mejor Actriz Protagonista; a los Premios ACE en la categoría a mejor actuación femenina en obra para un solo personaje y mejor autor; a los premios Luisa Vehil 2022, donde ha optado al galardón a mejor actriz y mejor director, y ha sido premiado en la categoría de Dramaturgia de esos premios Hugo Barcia. ¿Cuál es la clave para tanta nominación y tanto reconocimiento?

Como en casi todo en la vida, el trabajo, la perseverancia, la exigencia de entregarle al espectador en cada función lo mejor de cada uno de nosotros. Ocupemos el lugar que ocupemos. El público verá una sola actriz en escena, pero a su alrededor hay un equipo de personas que nos esforzamos para que el espectáculo llegue al escenario lo más protegido que seamos capaces de conseguir. Y que ese encuentro entre espectadores y artista, sea cada noche una experiencia única, irrepetible y maravillosa.

– Forman parte de esta 36 edición del Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes. ¿Qué supone para usted participar en el Festival de Artes Escénicas más antiguo de Canarias, y uno de los pocos que cuentan con compañías y artistas de África, América del Sur y Europa?

Estamos profundamente agradecidos de haber sido invitados  a formar parte de este 36 Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes. Somos del Sur y deseamos que podamos disfrutar juntos de nuestro trabajo.

– ¿Han tenido la oportunidad de actuar en alguna otra ocasión en Canarias? 

Hace ya unos cuantos añitos tuve la fortuna de trabajar en Canarias con “El Guía del Hermitage”, y recuerdo un público cálido y atento.

-¿Cómo está siendo recibida por el público “Camille, La Maldita” y qué esperan del público canario?

Hace dos años que tenemos la obra en cartel, y eso ya es una respuesta. Del público canario esperamos que nos acompañe en este encuentro, y recibir de él su más sincera respuesta. Es el pacto que establecemos cada noche, cuando las luces de la sala se apagan y se encienden las del escenario.

– ¿Qué les diría al público para que se animen y acudan a ver la obra?

Les diría que vengan al teatro, porque sin ustedes no existimos.