Pilar Batista: «No hay terapia tan favorecedora como no tomarse muy en serio a una misma»

La humorista palmera ofrece su show ‘Pili soy yo’ el día 7 de septiembre en la isla de La Graciosa en el marco del Festival Reíslas

12/8/2024.- El humor se ha convertido en un valor refugio desde hace relativamente poco tiempo para Pilar Batista. Como nos dicen que siempre hay que aspirar a ser una misma, esta palmera se reivindica desde el año 2015 como ‘Pili soy yo’ cuando tomó la decisión de reinventarse abriendo una página web en la que se promocionaba artísticamente como humorista. Podría ser tu vecina de al lado a la que cuando llaman al telefonillo para entregarle un aviso de correos la preguntan: ¿Pilar Batista? Y ella entonces responde convencida: «Sí, Pili soy yo».

«Nunca pensé que me iba a dedicar profesionalmente al humor, si no, me lo hubiera currado un poquito más a la hora de poner nombre a la web. Pero mi nombre verdadero es Pili Batista», señala la humorista que actuará el próximo día 7 de septiembre en la isla de La Graciosa en el marco de la segunda edición del Festival de Humor Reíslas. La suya es la única función gratuita prevista en el programa que los organizadores de este evento que impulsan las empresas Etiqueta Negra Producciones, ¿Cómo Está Wally?, Producciones & Management, Ninona Producciones y Estudios Multitrack, han deseado que alcanzara también en esta segunda edición al pequeño islote del Archipiélago.

«Lo de actuar en La Graciosa es maravilloso. Estoy muy agradecida de estar programada en Caleta de Sebo. Voy a aprovechar la estancia y vamos al máximo para actuar en un paisaje que es un lujo».

El humor irrumpió por casualidad, aunque marcó un antes y un después en su vida. «Yo siempre he sido la graciosita del grupo desde que estaba en el colegio, pero sí es verdad que tras padecer una depresión postparto que me descolocó por completo, de repente empecé a hacer vídeos de humor que alojaba en mi Facebook. Aquello notaba que me ayudaba en el día a día, que mantenía ilusionada. Además, veía que la gente los comentaba y le gustaba. Fue cuando se hizo viral el vídeo de un minuto que rodé en la Playa de las Teresitas. Ahí fue cuando yo me planteé la posibilidad de hacer una incursión en el ámbito de los monólogos». Dicho y hecho. Batista se presenta entonces a un concurso de monólogos en el Regia Comedy en Santa Cruz de Tenerife y lo gana. «Y ahí fue cuando me dije que a lo mejor estaba preparada para empezar a actuar delante de un público en directo. Y cuando me di cuenta, con esa ilusión y energía motivada por una nueva proyección profesional, había salido de la depresión».

Sobrevivir del humor

De eso hace una década. «Hace diez años me dedicaba a la rama sociosanitaria atendiendo a personas mayores. De verdad que nunca me hubiera imaginado que me dedicaría íntegramente a la comedia», señala la humorista palmera que en esa época inicial en la que abandonó su trabajo y empezaron a surgirle compromisos artísticos, hubo de interrumpir su actividad por la irrupción de la pandemia. «Menos mal que estaba ya cobrando el paro y no me quedé a dos velas», exclama.

Dice que del humor se puede sobrevivir «a no ser que seas una de las grandes consagradas. Sí se puede vivir, pero es difícil, hay que trabajar mucho y combinar constancia, talento, ingenio y suerte. Yo por ahora sobrevivo y me dedico a esto nada más».  Define su humor como «bastante blanco y apto para todos los públicos» y advierte que «nunca haré humor con asuntos como los malos tratos, ni hablo de razas, ni de etnias… no me siento cómoda. Sobre la guerra como drama y fracaso humano tampoco bromearía», subraya la palmera que antes de que el verano concluya terminará de grabar unos sketches para la televisión, y después acometerá un espectáculo de improvisación con Jéssika Rojano que espera poder girar por las islas. «Y a mí lo que me gusta, está claro, es el contacto con el público desde el escenario».

Palmera como la cómica Petite Lorena, se refiere Pilar Batista a la corriente de mujeres humoristas surgida en Canarias que en los últimos años se han posicionado en el mundo de la comedia. «Estoy súper orgullosa de ser paisana de Petite Lorena, que me parece una cómica extraordinaria y una gran amiga también. Pero sí, la verdad es que en estos últimos años han proliferado, gracias a Dios, muchas mujeres cómicas, desde Iratxe Menalbert, Jéssika Rojano, Delia Santana, Omayra Cazorla a Lorena, entre otras más. Es un orgullo porque ya estaba el escenario muy monopolizado por los hombres y todavía, lamentablemente, existe este chip de que las cómicas no pueden ser tan graciosas como los cómicos.  Yo creo que se está demostrando que sí, que podemos ser igual o mejores, me atrevería a decir, pero todavía nos cuesta llenar teatros. Cuando se trata de un cartel en el que figuran solo mujeres cuesta más vender entradas, se nota todavía», lamenta Batista.

Una de sus pasiones es cantar. «Me hubiera gustado ser cantante, de hecho, soy la reina de los karaokes. Estoy todo el día cantando. Ahora estoy con la de Nathy Peluso, la de voy a ser mafiosa, a la que cambié la letra por voy a ser graciosa. Se la dedicaría a toda la gente que cree que las mujeres no tenemos tanto sentido del humor como los hombres».

En estos tiempos de precariedad, conflictos bélicos, reacción ultraconservadora, crisis climática, crispación política, inteligencia artificial, binarismos de género, gentrificación y turistificación… nos hace falta reírnos más. «No hay terapia tan favorecedora como no tomarse muy en serio a una misma. Sí, en este momento de crispación, por supuesto, es súper necesario, sobre todo saber reírnos de nosotros mismos, de sacarle humor y chistes a las propias desgracias de uno y a los malos tragos posiblemente sea la mayor terapia. No todo el mundo puede y sabe hacerlo, pero yo lo recomiendo. A mí me ayudó en las épocas de depresión y ansiedad y me ha funcionado siempre, toda mi vida, así que lo recomiendo», concluye Pilar Batista o Pili soy yo, como ustedes prefieran.