Tierra Bonita denuncia que tres años después de la catástrofe volcánica sigue sin investigarse ni asumirse responsabilidades por el «gran fiasco» de no evacuar antes de la erupción
La asociación palmera garantiza que “agotará todas las vías legales para que la verdad salga a la luz” y pone a disposición de la sociedad su investigación sobre la gestión inicial de la emergencia, en la que no se desalojó a la población antes del inicio del proceso eruptivo pese a las evidentísimas señales de que era inminente
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La Asociación Tierra Bonita lamenta que, al cumplirse estos meses tres años de la catástrofe volcánica en el Valle de Aridane, no se haya abierto ninguna investigación ni asumido responsabilidad alguna por la no evacuación de la población antes de la erupción del volcán Tajogaite, pese a las ·evidentísimas· señales de que era inminente.
Este colectivo, que ha llevado este asunto a los tribunales de Justicia, anuncia que seguirá en su empeño de que salga a la luz la verdad y de que se asuman responsabilidades, para lo cual agotará “todas las vías y acciones legales posibles”, tanto en la jurisdicción penal como en la contencioso administrativa.
La investigación llevada a cabo por la asociación está publicada, puesta a disposición de la sociedad, tanto en la versión digital www.elvalledearidane.com como en la versión impresa que se distribuyó en su momento, y que se puede descargar en el siguiente enlace: https://drive.google.com/file/d/1kzAprRlF6Iije2v-0_W2tQ7x5MnUslmP/view?usp=sharing. La asociación invita a leer estas informaciones para hacerse una composición de lugar y comprobar hasta qué punto hay decenas de graves interrogantes sin respuesta oficial.
Para este colectivo ciudadano», la verdad oficial sigue siendo una y la verdad de los damnificados otra: la de las instituciones públicas, la celebración de un éxito en gestión de emergencias; la de los afectados, la denuncia de un fracaso; son dos versiones de los hechos a día de hoy irreconciliables».
Tierra Bonita pone de relieve que se ha demostrado con múltiples testimonios que los afectados tuvieron que huir con lo puesto, temiendo por sus vidas, incluso sin poder poner a salvo sus animales, y » es evidente también que la gestión del Plan de Emergencias Volcánicas (PEVOLCA), como engranaje entre científicos y políticos, no funcionó porque falló a la sociedad civil cuando esta más lo necesitaba».
«Nadie se ha responsabilizado hasta ahora del estrepitoso fracaso de haber puesto en riesgo mortal a miles de personas y animales (de estos las asociaciones protectoras hablan de miles de muertes)», enfatiza la asociación.
Desde la entrada en erupción del volcán a la activación del semáforo rojo, que estaba en amarillo (no hubo paso intermedio, el naranja), transcurrieron dos horas. Tanto el comité científico del PEVOLCA como el de dirección «improvisaron, con una consigna: «sacar y alejar» a los afectados de sus casas, sin saber dónde tendrían que albergarlos»-
Esta medida improvisada, a juicio de Tierra Bonita, «se convirtió en un martirio para aquellas personas afectadas que aún tenían tiempo para rescatar a sus animales y parte de su patrimonio. En días y semanas siguientes les dieron quince o veinte minutos, soportando una cola con gran angustia y sufrimiento, y a menudo sin medios de transporte».
«Nos encontramos, pues, con que científicos y políticos han construido una tergiversadora verdad oficial que consiste en decir que gracias a la perfecta organización del plan de emergencia no hubo fallecidos en el momento inicial de la erupción, y no hubo responsabilidad alguna en el fallecido por gases en Las Manchas».
La erupción del Tajogaite, afirma este grupo de ciudadanos, nos ha permitido observar una clara tendencia de las autoridades a gobernar para sus propios intereses, dejando de lado a la población afectada. Mientras los afectados sufrían, las instituciones tomaban decisiones más enfocadas en no asumir riesgos políticos personalistas que en el bienestar de quienes lo necesitaban».
«¿Acaso no quisieron las autoridades de entonces asumir los inconvenientes y la falta de preparativos para desalojar a miles de personas, o tal vez la de dejarse llevar por el esperpéntico temor a ser tachadas de alarmistas si, llevado a cabo el desalojo, luego no hubiera habido erupción?», se pregunta la asociación.
«Otro ejemplo doloroso», apunta Tierra Bonita, «fue el rescate de los podencos que quedaron aislados entre la lava en Todoque: durante días, las autoridades negaron la evacuación de los animales, hasta que voluntarios, desobedeciendo las órdenes, los salvaron, mostrando lo que significa realmente asumir riesgos por el bien común, en contraste con la inacción de los responsables».
Con los animales, entre los que, según testimonian las protectoras, hubo una gran mortandad, la falta de planificación entonces era tal que en 2022 se modificó el Plan de Emergencias en Protección Civil de Canarias (PLATECA) para incluir un protocolo específico para los animales, lo que, a ojos de la asociación, «evidencia la imprevisión y la improvisación con la que se actuó durante la erupción con estos seres también sintientes».
«Aún más alarmante», prosigue la asociación, «fue la muerte de una persona debido a lo que parece a todas luces un fallo en el control de acceso a la zona afectada». «Si bien accedió con autorización, nadie se percató de que no había salido del área de exclusión hasta que la familia lo denunció y fue hallado asfixiado por gases tóxicos».
Para esta entidad ciudadana, «este error en el control de quienes entraban y luego salían quedó silenciado, al igual que muchos otros, y aunque cierto es que hubo una investigación judicial, no es menos cierto que nunca se hizo público el auto del Juzgado, sino la conclusión de que fue una muerte accidental por gases. ¿Pero se investigó qué falló en el protocolo?».
Tierra Bonita también pone el foco en «el precio que ha costado la falta de evacuación preventiva en términos de sufrimiento psicológico, que para muchas familias aumentó al no poder salvar enseres ni animales ni objetos personales».
Y ante tal «fiasco» del PEVOLCA, no solo a esta sino a la práctica totalidad de las asociaciones de damnificados y vecinales de la zona afectada (un total de 14 así lo han expresado) han reprobado esta gestión inicial de la emergencia, al punto de pedir que les sean retirados los premios, condecoraciones y homenajes a los responsables y miembros del PEVOLCA.
Tierra Bonita ensalza también la importancia del voluntariado: “Frente a tanto reconocimiento a las propias Administraciones públicas, nos encontramos con un injusto e inhumano olvido a tantas personas, empresas y entidades privadas que de forma desinteresada arrimaron el hombro durante y después de la erupción, sin cuya contribución el sufrimiento de los afectados habría sido aún mayor, debido al caos institucional en la gestión de la emergencia. Nadie les ha dado premios , pese a que sin los voluntarios el personal de las Administraciones pública habría estado prácticamente solo para atender tantas necesidades urgentes”.
Además, “asombra e indigna que, en lugar de asumir responsabilidades, las autoridades de entonces han sido premiadas con cargos públicos de PP y PSOE, ya sea en el Gobierno canario o el central”.
En el caso de Noelia Leal, alcaldesa de Los Llanos de Aridane durante la erupción, hay que recordar que en su día apoyó, con un acuerdo del Ayuntamiento, a los afectados en su reivindicación de que se hagan públicas las actas y grabaciones con las deliberaciones de los comités científico y director del PEVOLCA en los días y horas previos al comienzo de la catástrofe, pero ahora, nada menos que como comisionada de Transparencia de Canarias, puesto adscrito al Parlamento de Canarias, las ha denegado.
A esto la asociación suma la actitud de muchos de los científicos que participaron en el seguimiento oficial a la erupción y en el asesoramiento a las autoridades:
«No salimos aún de nuestra perplejidad al escuchar a científicos del IGN e IGME reconocer públicamente que avisaron de que la erupción era inminente y luego retractarse sospechosísimamente cuando le han visto las orejas al lobo, es decir, al percatarse de que entre los afectados y personas solidarias con ellos algunos han atado cabos, pues en el protocolo del PEVOLCA, inminente implica necesariamente semáforo naranja y evacuación preventiva de la población en riesgo».
Tierra Bonita recuerda que científicos de INVOLCAN también han reconocido que era inminente, que un oceanógrafo del IEO se atestigua que todos los demás dijeron en las reuniones previas a la erupción que este adjetivo, “inminente”, fue la palabra más usada.
A la asociación también le «duele constatar que conocidos vulcanólogos rechazan hablar de la gestión de la erupción de La Palma o pactan con periodistas las preguntas al respecto, para salir airosos».
La realidad es que «ni un solo científico o político relacionado con el PEVOLCA ha tenido la humilde actitud de disculparse por no haber podido anticiparse a la erupción para alejar a la población del peligro». Y de la misma manera, «ni un solo científico, funcionario o político ha quebrantado este aparente pacto de silencio sobre lo que realmente pasó en el Comité Científico y el Comité Director del PEVOLCA, y entre ambos órganos; por lo que la gente de ciencia, que debería ser el motor de la verdad, parece haberse alineado con el relato oficial.
Y mientras tanto, expresa con disgusto la asociación «la Justicia por ahora parece también haber comprado esta versión oficial sin cuestionarla, presumiendo la buena fe de los gestores de la emergencia». Se refiere así a la querella presentada por la Asociación Tierra Bonita, al a que han adherido cerca de una veintena de familias damnificadas. El Juzgado de Los Llanos «no abrió investigación, la Audiencia Provincial no aceptó reabrir el caso y ahora falta al pronunciamiento del Tribunal Constitucional».
Y de este modo llegamos al tercer aniversario, sin que, según constata Tierra Bonita, «nadie parece interesado en abrir, si quiera, una investigación, para aclarar de una vez por todas las muchas contradicciones y hechos sospechosos con relación a ese momento inicial de la emergencia».
Una ausencia de investigación y de autocrítica oficial que para Tierra Bonita resulta «inconcebible, porque es la peor catástrofe volcánica de Europa en el último siglo, y que puede volver a repetirse en un Archipiélago volcánicamente activo».
«Los daños podrían ser aún peores y más graves en el futuro, si lo ocurrido en La Palma pasara en Tenerife, o, en la propia Isla Bonita, si ocurre más al norte, o hacia la otra vertiente», advierte la asociación.
Para colmo, denuncia Tierra Bonita, «científicos, funcionarios y gobernantes relacionados con PEVOLCA se las han apañado en estos tres años para denegar a los afectados, y a la opinión pública en general, las actas y grabaciones de las reuniones previas a la erupción, cuyo contenido podría sacarnos de dudas de una vez por todas; siempre, eso sí, que no sean manipuladas y se divulguen los documentos originales».
Hay que recordar que en junio pasado se abrió un pequeño resquicio en el Parlamento autonómico cuando el actual Gobierno canario, a petición de un grupo de la oposición (VOX) que reclamó las actas y grabaciones, respondió que la diputada solicitante podía acceder a esa documentación, la audiovisual (se reconoció que no había tales actas), aunque sin divulgarla.
Y eso supuso que por primera vez desde el Ejecutivo regional se mostrara cierta voluntad de airear esos documentos, hasta el punto de que anunció que había solicitado un nuevo informe al respecto, dado que en el pasado mandato el criterio de los técnicos es que se trata de información confidencial, no pública. Pero la asociación llama la atención de que que a día de hoy «todo sigue igual: «secreto de estado, cero transparencia».
Por todo ello, este colectivo palmero deja claro que mantendrá su compromiso de centrar sus esfuerzos en que la verdad salga a la luz «por convicción moral y por el interés de la sociedad canaria».